Boletín Del Derecho y Del Revés

Email Newsletter icon, E-mail Newsletter icon, Email List icon, E-mail List icon Regístre su dirección de correo electrónico en nuestra lista de boletines Del Derecho y del Revés :

jueves, 22 de noviembre de 2007

CAMBIO PARADIGMÁTICO: LA ECONOMÍA DE LA SOLIDARIDAD

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com

Si bien es cierto que el desarrollo de una economía de conocimiento a tono con el siglo XXI y con la globalización, es una de las metas que debe tener el pueblo puertorriqueño, también es indispensable que se enfoquen los esfuerzos para desarrollar una Economía de la Solidaridad. La Economía de la Solidaridad implica un sistema de negocios en el que además de producir trabajo y capital, se fomentan los valores comunitarios, sociales y nacionales.

El capitalismo se caracteriza por el énfasis en el individualismo y el ánimo desmedido de lucro. La solidaridad social no es una de las metas del capitalismo, aunque recientemente las empresas capitalistas han comprendido la necesidad de hacer sus aportaciones sociales, y esto es lo que llaman responsabilidad social empresarial. Sin embargo, existe un modelo económico de solidaridad más efectivo y comprobado, que merece los más tenaces esfuerzos para que florezca e impacte todo los sectores de la comunidad puertorriqueña. Ese modelo es el Cooperativismo.

En Puerto Rico existen 400 cooperativas con cerca de un millón de socios y 8.2 billones en activos. Estas cooperativas van desde ahorro y crédito, consumo, agrícola e industrial, hasta de vivienda y juveniles. Las cooperativas tienen el potencial de desarrollarse a todas las áreas de la actividad económica puertorriqueña. El sistema económico cooperativista tiene como ejemplo fundamental a Mondragón en el país vasco. Mondragón es una comunidad que ha desarrollado con increíble éxito este modelo desde el año 1956. Actualmente tiene 264 cooperativas y emplean más de 80 mil personas.

El Cooperativismo es un modelo de desarrollo económico autosustentable ideal para las circunstancias puertorriqueñas. Es ideal porque Puerto Rico se caracteriza culturalmente por un grado de solidaridad social y porque Puerto Rico, como país subdesarrollado, requiere de la acción colectiva para alcanzar metas comunes. Tenemos que romper el viejo paradigma del individualismo y capitalismo salvaje como medio de desarrollo económico. También tenemos que fomentar al máximo la Economía de la Solidaridad.

La solidaridad fomenta valores para impactar positivamente a la educación, la familia, las relaciones individuales y colectivas. El modelo cooperativo es un modelo de sinergia donde el producto del apoyo de una serie de socios es mucho mayor que la suma de sus componentes. Abracemos el Cooperativismo y cambiemos el paradigma del Capitalismo.

El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com

miércoles, 14 de noviembre de 2007

CAMBIO PARADIGMÁTICO: LA SITUACIÓN COLONIAL DE PUERTO RICO

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com

Después de la Constitución de 1952, se creó el paradigma falso de que la Ley 600 había corregido el problema colonial de Puerto Rico. Más de 50 años después, ese paradigma se ha derrumbado y todos los sectores políticos entienden en mayor o en menos grado, que Puerto Rico es una colonia.

Sin embargo, a estas alturas prevalece otro paradigma falso. Grandes sectores de los tres partidos políticos de Puerto Rico piensan que el problema colonial de Puerto Rico lo va resolver el Congreso voluntariamente. Por eso acuden a vistas sobre el estatus de Puerto Rico y cabildean a favor y en contra de las diferentes propuestas que se presentan. Sin embargo, no llevan a cabo dentro de nuestra sociedad las acciones necesarias para promover un verdadero cambio en la situación colonial.

Debemos cambiar el viejo paradigma de que el Congreso resolverá el más que centenario problema. Mientras el pueblo de Puerto Rico no se organice para iniciar el proceso de cambio de la relación colonial y acuda con una sola voz al Congreso, Estados Unidos no tomará acción sobre nuestro dilema.

Existe el mecanismo jurídico para llevar a cabo ese cambio paradigmático de reclamar como una sola voz la solución del problema colonial. Ese mecanismo es la asamblea constitucional de estatus. La asamblea constitucional de estatus es un mecanismo mediante el cual se convoca a elecciones para escoger a representantes del pueblo que se postulan a la luz de sus diferentes visiones sobre cómo debe resolverse el problema colonial de Puerto Rico. Estas visiones deben estar claras en el sentido de que cualquier solución de la situación colonial tiene que ser fuera de la Cláusula Territorial de la Constitución Federal, que establece que el Congreso es dueño y señor de los destinos de la Isla. Por ende, no puede abogarse por soluciones que son de naturaleza colonial y no reconocidas por el Derecho Internacional.

La asamblea constitucional de estatus sesionaría el tiempo que fuera necesario para que se pueda llegar a un consenso sobre qué es lo que se va a reclamar a Estados Unidos. El reclamo puede ser sustantivo o procesal. Por sustantivo me refiero a que puede incluir una solución específica a la situación colonial. Por ejemplo, Estadidad, Independencia o República Asociada. Por procesal me refiero a que la propuesta puede ser un mecanismo específico para solucionar el estatus que conduciría de manera justa a cualquiera de las soluciones viables. Por ejemplo, un referéndum final y vinculante.

La asamblea constitucional de estatus debe estar compuesta por personas de conocimiento y experiencia en asuntos sociales, jurídicos y económicos. Además, debe elegirse mediante verdadera representatividad, lo más lejos posible de los cuadros político-partidistas, y donde exista espacio equitativo para los pensamientos mayoritarios y minoritarios.

Sólo cuando nos unamos a reclamar la terminación de la relación colonial, el Congreso escuchará nuestros reclamos. El ejemplo evidente es la lucha de Vieques. Ese tipo de lucha es la que podría conducir a la solución de nuestro mayor problema existencial como Nación.

El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com

CAMBIO PARADIGMÁTICO: LA EDUCACIÓN

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com

Recientemente se publicó una noticia en un periódico de circulación general que discutió los resultados del College Board. El titular fue que el promedio de la puntuación general de los estudiantes de las escuelas privadas estaba disminuyendo a un ritmo mayor que el de los estudiantes de las escuelas públicas. Sin embargo, no se recalcó la marcada diferencia en ejecución entre los estudiantes del sistema público y privado. Muy a nuestro pesar, los estudiantes de las escuelas públicas tienen un promedio de ejecución en las diferentes áreas del examen de 80 a 126 puntos menos que el promedio de los estudiantes de las escuelas privadas.

El que nuestros estudiantes de la escuela pública no puedan equiparar su ejecución a los de la escuela privada es insostenible, ya que el presupuesto del Departamento de Educación es uno de los más grandes del gobierno. Si bien es cierto que las condiciones en las cuales estudian muchos de los jóvenes que acuden a las escuelas públicas son difíciles por su desigualdad socioeconómica, es evidente hace años que el sistema de educación pública no está funcionando. A esto se suma la interpretación de los resultados que apunta a que el sistema privado se encuentra en una curva descendente. ¿Cómo podremos tener éxito como país en la economía del conocimiento que vivimos, si nuestros estudiantes están tropezando con la mediocridad?

Es indispensable responder seriamente a las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los factores socioeconómicos más importantes que inciden en la ejecución académica? ¿Qué ocurre con la calidad de la enseñanza en el salón de clases? ¿Cuál es el papel de los padres en este problema? ¿Por qué en los colegios privados, los estudiantes tienen que trabajar hasta altas horas de la noche haciendo asignaciones? ¿Cómo compara el grado de trabajo en la casa o asignaciones que tienen los estudiantes de escuelas públicas con los estudiantes de escuelas privadas? ¿Qué medidas se pueden implantar para fomentar el interés en el estudio?

Hasta ahora el debate ha carecido de contestación específica a estas preguntas. Hace falta un cambio paradigmático en nuestra educación que revolucione desde la estructura burocrática del Departamento de Educación, sus características política-partidistas, el proceso enseñanza-aprendizaje, hasta atender las condiciones socioeconómicas que no permiten que el estudiante pueda desarrollar sus capacidades en el proceso educativo.

Tampoco queda duda de que es indispensable una reforma curricular en donde el salón de clases pase a ser un evento atractivo en la vida de nuestros estudiantes. Todavía vivimos con la educación bancaria que Paulo Freire rechazó y que Hostos formuló en la máxima “Se aprende haciendo.” Nuestros estudiantes no toleran más la mera conferencia basada en la disertación de datos para ser memorizados. Nuestros estudiantes ya viven el mundo de la interactividad de los celulares y la Internet. La educación tiene que competir con esos elementos. Por tanto, revolucionando la forma en que se enseña en el salón de clases es la única manera que podemos interesar a nuestros estudiantes en su educación.

El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com

lunes, 5 de noviembre de 2007

EL CAMBIO EMPIEZA POR NOSOTROS

Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.

Actualmente, estamos viviendo un proceso difícil en la historia de Puerto Rico. Nos encontramos en una profunda recesión económica y todavía no hemos tocado fondo. Se debate el estatus, pero no se anticipa una solución al problema centenario. El gobierno federal, a través de sus agencias de persecución del crimen, ha intervenido en prácticamente todos los sectores del pueblo puertorriqueño y se encuentran en una indiscriminada investigación del Gobernador de Puerto Rico. Los problemas sociales de salud, drogadicción y criminalidad siguen alcanzando desarrollos insospechados.

En columnas pasadas hemos mencionado el cambio paradigmático como una transformación dramática en la manera de pensar que nos permite implantar soluciones más agresivas o efectivas para los grandes problemas que enfrentamos. Un paradigma es un modelo, teoría o patrón en cualquier disciplina científica o social. Este término también se utiliza para describir el conjunto de experiencias, herencias y valores que afectan la forma en que una persona percibe la realidad y la forma en que responde a esa percepción. Algunas personas de manera arrogante les llaman verdades sociales. A veces un paradigma se convierte en una venda que nos ciega de dogmatismo, en gríngolas que nos impiden ver hacia otros lares, o en verdades que de soplarlas se despedazan. Los paradigmas vigentes en las áreas políticas, sociales y económicas agotaron todas sus posibilidades. Ya no cumplen sus propósitos. No sirven para interpretar la realidad y actuar sobre ella.

Ante los nuevos retos de los problemas que hemos mencionado, es indispensable adoptar una nueva cosmovisión, que no es otra cosa que una nueva manera de ver nuestro mundo. Tenemos que descartar los viejos paradigmas y crear nuevos.

Hace falta cambios dramáticos. Pero para poder empezar a cambiar nuestra sociedad, es indispensable que nosotros empecemos a cambiar como individuos y seres humanos. El ser humano que hace falta para la sociedad puertorriqueña debe ser una persona con suficiente introspección, o capacidad de verse a sí mismo, como para identificar sus áreas de deficiencias, con el propósito de diseñar el crecimiento que es necesario emprender. Ese crecimiento debe basarse en la educación. Debemos educarnos para poder ser más audaces en la búsqueda de soluciones personales y colectivas. Cuando se habla de educación, no nos referimos necesariamente a la formal. Existen tantas fuentes de información y conocimiento disponibles. Sólo basta con hacer una búsqueda en la Internet sobre algún asunto pertinente como por ejemplo "mejoramiento personal"; o meramente ir a www.wikipedia.com. En mi caso, soy aficionado a los libros de audio que escucho en mi auto o en mi Ipod. Comience su búsqueda de información sobre cómo mejorar. Será un viaje extraordinario de crecimiento personal.

Con la educación alcanzamos nuevas maneras de relacionarnos. Podremos mejorar nuestra convivencia, entender la tolerancia, y fomentar nuevas maneras de ver a los demás para alcanzar la paz. Los prejuicios políticos, raciales, económicos, culturales, religiosos, de orientación sexual, etc., están desgarrando nuestra sociedad. ¿No creen que el mundo sería mejor si aprendiéramos a entender y aceptar las diferencias entre los seres humanos?

Solo si nos miramos profundamente e identificamos qué tenemos que cambiar como individuos, podremos comenzar a trabajar en nuestras circunstancias, y de la misma forma, comenzar a impactar al resto de nuestra sociedad. El cambio empieza por uno mismo. Comencemos a mirarnos.

viernes, 26 de octubre de 2007

DE PERROS, GATOS Y SERES HUMANOS

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com


La noticia de que mataron decenas de perros y gatos dejó consternada a la prensa en Puerto Rico y a la de otros lugares del mundo. No hay duda de que ese fue un acto abominable y merece que los culpables paguen por sus delitos. No obstante, esa noticia no debe ser excusa para disimular, olvidar o maquillar el problema subyacente que existe en Puerto Rico: la violencia.

En Puerto Rico existe violencia en todos los ámbitos de nuestra vida. Asesinan a un promedio de dos personas diarias. La violencia contra los niños, la mujer, los ancianos y los impedidos es desayuno, almuerzo y comida. La criminalidad contra la persona y la propiedad está incontrolable. Los medios de comunicación se embelesan con los actos de crueldad y de violencia que parecen competir por el galardón del libro Guinness. Sin embargo, las autoridades encargadas de la formulación de política pública no tienen planes concretos para atender el problema de la violencia en Puerto Rico.

El narcotráfico, la drogadicción, y el crimen resultante, son responsables de gran parte de la violencia en Puerto Rico. Además, no hay duda de que uno de los elementos fundamentales que promueven la violencia es la desigualdad socioeconómica. Sin embargo, como concluimos en la columna anterior, muy pocos se atreven a confrontar este problema con soluciones radicales, es decir, que vayan a la raíz. Hasta ahora, lo que se ve son proyectos individuales inconexos y que a todas luces conducen a la satisfacción de algunos intereses particulares o políticos, que no son los superiores de nuestra sociedad.

Puerto Rico deambula como el poema de Sylvia Rexach. Somos una nave sin rumbo. Hace falta establecer un plan estratégico nacional para atender el problema de desigualdad socioeconómica y el narcotráfico. Mi oído está en tierra para un candidato responsable y sobresaliente. Hasta ahora, sólo silencio.

Mientras no exista un plan estratégico nacional de desarrollo económico seguiremos teniendo asesinatos de perros, gatos y seres humanos.

El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com

Drogas y Criminalidad

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com

Como dijimos en una columna anterior, para enderezar la democracia debemos hacer los planteamientos de manera valiente y exigir a los aspirantes a cargos públicos la adopción de las propuestas de los entendidos en las materias que con más probabilidad puedan resolver los serios problemas que tiene Puerto Rico. Lamentablemente, la inmensa mayoría de los políticos le piden el voto a los ciudadanos a base de propuestas acomodaticias, sin imaginación y que está probado que no resuelven los graves problemas que tenemos actualmente.

En la pasada columna discutimos la necesidad de adoptar un seguro universal de salud que rompa con las contradicciones e ineficiencias de la reforma de salud. Otro asunto contra el cual es necesario enfrentarse con soluciones dramáticas es el problema de la drogadicción. La drogadicción es una enfermedad y la fuente de la criminalidad. Sin embargo, es paradójico que mientras más esfuerzos se hacen para reprimirla y tratar de eliminarla, más florece. El tráfico de drogas responde a los mismos elementos socioeconómicos del tráfico ilegal del alcohol cuando se prohibió en los Estados Unidos a principios del siglo XX. La prohibición dio base al surgimiento de las pandillas y el crimen organizado. Esto porque mientras más esfuerzos se hacen para controlar el alcohol o las sustancias adictivas, por las leyes de oferta y demanda, más caro se pone el producto, y por ende, el adicto tiene que delinquir para conseguir el dinero adicional para adquirirlo. Esto resulta en la paradoja de que si el Estado incauta más drogas mediante la campaña de represión, más crímenes se cometen.

Por otro lado, los que trafican con el producto ilegal, se enriquecen cuando el Estado reprime e incauta el producto a otros competidores, porque entonces la escasez hace que su precio suba, y por ende, su margen de ganancia. El alto margen de ganancia hace que siempre haya gente disponible para entrar al tráfico ilegal. Por eso es que se arriesgan a matar por mantener su hegemonía. Arrestan o matan al tirador, y al otro día tenemos una persona que le sustituye. Por eso es que en el tráfico de drogas cada vez hay personas más jóvenes manejando los puntos. La campaña de represión del Estado ocasiona las guerras de pandillas por el dominio de este lucrativo mercado. Esto hace que la ola de asesinatos resulte incontrolable.

El secretario de Corrección, Lcdo. Miguel Pereira, planteó valientemente que debe utilizarse la alternativa de la medicación de la droga. La medicación y control de la droga por parte del Estado permitiría que los adictos tengan acceso a procesos de rehabilitación, porque no tendrían que adquirir la droga en la calle a precios exorbitantes. Si ya no hay tanta demanda por el producto, baja el interés de lucro, y por tanto, el de las personas que quieren entrar al tráfico de drogas por las ganancias que obtendrían. Esto reduciría las guerras y asesinatos pandilleros. Por otro lado, y tal vez el efecto más importante, los adictos que estén bajo programas de medicación de drogas no tendrían la necesidad de delinquir y podrían diseñarse estrategias para reincorporarlos a la vida productiva.

Hace falta olvidarnos de planteamientos moralistas que impiden las soluciones efectivas. La droga es mala. Pero también el alcohol. Sin embargo, el enfoque con el alcohol, de licenciamiento y control, ha sido tremendamente efectivo para controlar el crimen organizado y callejero. Hoy en día, nadie mata por una caneca de ron. Ese es el enfoque que debe tenerse también con la drogadicción. Ese es el cambio paradigmático que necesita Puerto Rico para resolver el problema de la criminalidad.


El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com

miércoles, 17 de octubre de 2007

INDISPENSABLE UN SEGURO DE SALUD UNIVERSAL

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com

El reciente documental del cineasta Michael Moore titulado “Sicko”, explica en términos claros y contundentes la necesidad de una revolución en el sistema de salud de Puerto Rico. El modelo de la reforma de salud contiene una contradicción inherente e insalvable, pues expone a los médicos al dilema de determinar el tratamiento que se le va a brindar a un paciente médico indigente, siempre en contra de su interés pecuniario. Esto ocurre porque el médico recibe de la compañía aseguradora una cantidad fija mensual por cada paciente, que se conoce como “capitación”. Si el paciente tiene que hacerse un análisis de sangre o una prueba radiológica, el gasto de esas pruebas se le resta al ingreso del médico. Por tanto, mientras el médico más recete u ordene exámenes y pruebas diagnósticas, menos dinero gana.

La mayoría de los médicos ejercen este balance con mucho cuidado y sensibilidad hacia el paciente. Lamentablemente, las situaciones en las cuales se “racionan” los servicios a los pacientes son cada vez más frecuentes. Esa es una de las razones por las cuales se creó la Oficina de la Procuradora del Paciente. Sin embargo, no existen los recursos económicos que puedan fiscalizar adecuadamente este asunto, porque el problema puede surgir con cada paciente, con cada tratamiento, con cada receta. Racionar servicios por razones económicas no es legal ni moral. Cualquier persona que haya sufrido daños por esta conducta, puede recurrir al tribunal para reclamar daños y perjuicios.

El modelo de salud de Puerto Rico no está cumplimiento su cometido y es además demasiado costoso, porque existe un intermediario que es la compañía de seguros, quien se lleva en ganancias una parte de los fondos públicos que debieran dedicarse al cuidado médico.

Michael Moore demuestra que el sistema de Estados Unidos y por ende, el de Puerto Rico, que está basado en compañías de seguros, está en una crisis. Moore documenta una serie de casos terribles en los cuales las compañías aseguradoras deniegan cubierta de servicios en detrimento de sus clientes y en violación a los contratos de seguro. Para colmo, en Estados Unidos hay más de cuarenta millones de personas que no tienen seguro médico. Estas personas se exponen a que en cualquier momento un problema médico los lleve a la ruina económica.

Durante la presidencia de Bill Clinton, la ahora precandidata presidencial Hillary Clinton, se encargó de promover una revolución de salud que establecería un seguro universal parecido al de Canadá, Inglaterra o Francia. En estos países el sistema médico es financiado por el Estado, pero a base de unos criterios de calidad y excelencia extraordinarios.


Es indispensable reexaminar todo nuestro sistema de salud. Hay que mirar los que son exitosos en el resto del mundo. La implantación de un sistema de seguro universal de salud puede ser la alternativa que ofrezca equidad y libre acceso a los servicios médicos. Esta es una idea que los políticos en Puerto Rico tienen que abordar de frente. Alguno debe defender al pueblo apoyando la idea de un seguro de salud universal.

El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com

Orientación Jurídica del Bufete Emmanuelli, C.S.P.

Email Newsletter icon, E-mail Newsletter icon, Email List icon, E-mail List icon Regístre su dirección de correo electrónico en nuestra lista de boletines Del Derecho y del Revés :