Boletín Del Derecho y Del Revés

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sábado, 4 de diciembre de 2010

EL PARTIDISMO Y LA CARCOMA Parte II

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com


Recientemente escribí sobre el tema del partidismo, la mentira, el silencio y la carcoma. Los espectros que como crueles valquirias nórdicas van escogiendo sin piedad sus víctimas para destruir nuestras posibilidades y aspiraciones como pueblo.

Hoy me refiero por segunda vez al partidismo y la carcoma. Como mencioné previamente, las carcomas son el nombre común que reciben las larvas de varias especies de insectos que perforan maderas, estructuras, muebles u obras de arte, y en las que construyen túneles con el propósito de reproducirse y alimentarse. Minan y minan incansablemente hasta que finalmente dañan todo lo bueno de manera irremediablemente.

Hoy me refiero al partidismo y la carcoma. Las carcomas son el nombre común que reciben las larvas de varias especies de insectos que perforan maderas, estructuras, muebles u obras de arte, y en las que construyen túneles con el propósito de reproducirse y alimentarse. Minan y minan incansablemente hasta que finalmente dañan todo lo bueno de manera irremediablemente.

Cuando hablamos de la carcoma, no nos referimos a la voracidad por el poder y el dinero, que abordaremos en el próximo artículo, nos referimos a la compulsión de querer penetrar en todos los círculos o entornos de actividad humana para, a plena luz del día o de manera encubierta, ir ganando adeptos incondicionales mediante ofertas apócrifas de prebendas o las promesas quiméricas de una vida futura mejor.

Mediante el constante pulular en busca de nuevos fanáticos, las sectas y partidos van desgastando, agujereando y socavando otras entidades y estructuras que han sido creadas con propósitos sociales y económicos loables.

El ataque de las carcomas a las organizaciones bonafide se instrumenta introduciendo larvas que se alimentan y sobreviven de la disputa partidista y divisiva que impiden los acuerdos o consensos de acción concertada y efectiva hacia el desarrollo socioeconómico de Puerto Rico.

El partidismo y sectarismo siempre están en precario por su particularidad de ser excluyentes. Las sectas y los partidos crean sus códigos y criterios abiertos o secretos de pertenencia. Para ser miembro de una secta o un partido hay que ser de cierta manera o creer en algunas cosas particulares. Esto de por sí, margina, rechaza y arrincona a los que son diferentes o pertenecen a otros perfiles creativos. Como todo, estos estilos de vida o creencias son objeto de interpretación. Es por esto que hasta entre los sectarios y partidistas surgen disputas reales o imaginarias que los separan individualmente o en grupúsculos antagónicos, que paranoicamente pugnan por su supervivencia tratando de destruir o absorber a los demás.

Por su naturaleza divisiva, el sectarismo y partidismo erosionan constantemente su propio corazón. Es por eso que tienen que estar al acecho constante de lugares, organizaciones o estructuras en las cuales entrar, penetrar y alimentarse. Esto mediante el secuestro y reclutamiento de nuevos fanáticos. Si el terreno de estos ambientes no es fértil o no sirve sus propósitos, entonces es necesario destruirlos por ser reductos de los enemigos de otras sectas o partidos.

Los acalorados sectarios o partidistas solo ven por los estrechos senderos de los túneles de la carcoma. Si dos personas andan juntas o trabajan juntas, es porque son del mismo partido o grupo. Si promueven a alguien en su empleo u organización, es porque sus jefes o superiores son del mismo partido. Si el nene se enamora de una nena, hay que averiguar de qué partido o secta son sus padres.

Es por eso que cuando le hablan a una larva de carcoma sobre una persona u organización, lo primero que pregunta es: ¿PNP o Popular? Si resulta ser de su partido, siente simpatía y tranquilidad. Si es del partido contrario, siente aversión y disgusto. Pregunta entonces, ¿Cómo es que esa persona trabaja en ese lugar? ¿Cuánto gana? ¿Quién es su padrino? ¿Qué hay que hacer para ser miembro de la organización? ¿Quiénes pertenecen que son de mi secta o partido? Si dijo esto es porque es PNP. Si está protestando debe ser independentista. ¿Cómo le podemos cerrar el paso? ¿Cómo se lo hacemos difícil? Si está opinando tanto, es porque quiere ser político y retarme.

Las larvas de la carcoma no pueden tener pensamientos positivos o de mera tolerancia en cuanto a los que no pertenecen a su secta o partido. La oscura carcoma solo tienen una óptica. La de la secta o partido. Todo lo que se aparte, si no se puede devorar, sobra y es necesario marginarlo y destruirlo. Por eso envenenan, difaman, siembran cizaña y dañan, pero tarde o temprano, terminan como víctimas de su derramada toxicidad.

Las larvas de la carcoma son muy infelices. Viven una vida de dudas, sospechas, inseguridades, interpretaciones perturbadas, delirios de persecución, alucinaciones de grandeza, pero más que todo, marginación. Viven clasificando en bandos y sintiendo que cada vez están más solos, porque no se atreven reunirse, conversar, debatir, coordinar, planificar, contribuir y construir el futuro hombro con hombro, junto a personas que no pertenecen a su partido o secta.

Las larvas de la carcoma son las que han ocasionado que en Puerto Rico no hayamos podido ponernos de acuerdo para encaminar y desarrollar los proyectos estratégicos y fundamentales como Pueblo.

El partidismo y sectarismo son un desorden de la personalidad, que distinto a los demás, es terriblemente contagioso. Es epidémico porque se ampara en el poder político y económico real o potencial. Las larvas de la carcoma se aprovechan de las debilidades, dificultades y enfermedades de los demás, para engañarles con ofrecimientos condicionados a que se inicien en la secta o se registren en el partido. Por eso salen a iniciar o reclutar en ciclos de cuatro años con promesas cada vez más descabelladas.

Afortunadamente, los gusanos de la carcoma casi nunca pueden cumplir sus ofertas y tarde o temprano caen por su propio peso, quedando devorados por las fauces de sus mentiras. Los despreciables del partidismo y sectarismo fracasan irremediablemente, porque su tarea divisora y excluyente los va dejando cada vez más solos y debilitados.

El problema es que el Pueblo trata de superar esta división enfermiza y artificial mediante la sustitución de los previos por nuevos partidistas y sectarios. La serpiente vuelve a morderse el rabo. Entramos en otra vuelta del Eterno Retorno Nietzscheano.

Mientras el Pueblo siga dando paso a las afecciones que ocasiona la carcoma, estaremos condenados al subdesarrollo. Por eso es indispensable educar sobre los males del divisionismo y ofrecer alternativas de desarrollo y superación de esa lacra, mediante el acomodo justo de intereses y la generación de consensos hacia objetivos de mayor jerarquía.

Como regla general, el partidista o sectario responde únicamente a su grupo, por falta de valor, liderazgo y responsabilidad hacia sus constituyentes. Lo irónico, o poco reconocido, es que el ser político o funcionario electo no significa que se tenga que ser irremediablemente partidista o sectario. El político puede responder irrevocablemente a sus constituyentes o electores. Hemos tenidos ejemplos muy edificantes de políticos inclusivos, de tolerancia, mentalidad abierta y responsabilidad hacia sus constituyentes. No es casualidad que también hayan sido los más exitosos y que estén indeleblemente inscritos en la conciencia de nuestro Pueblo.

La ruptura con el sistema partidista y sectario es posible mediante la educación y el apoderamiento del Pueblo en la democracia participativa. Es la única manera en que los políticos se verán obligados a abandonar sus viejas prácticas para responder directa y responsablemente a los designios de sus electores por encima de lo que opine o decida su secta o partido.


Por Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
Rolando@bufete-Emmanuelli.com
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Ubicación:Ave Esmeralda,Guaynabo,Puerto Rico

El Partidismo y la Carcoma Parte I

Hace unos meses escribí sobre el tema del partidismo, la mentira y el silencio. Un trío de espectros que como crueles valquirias nórdicas van escogiendo sin piedad sus víctimas para destruir nuestras posibilidades y aspiraciones como pueblo. Planteaba en los escritos, que el futuro de nuestro desarrollo económico y social depende de que erradiquemos de raíz el mal del sectarismo y el partidismo.

Hoy me refiero al partidismo y la carcoma. Las carcomas son el nombre común que reciben las larvas de varias especies de insectos que perforan maderas, estructuras, muebles u obras de arte, y en las que construyen túneles con el propósito de reproducirse y alimentarse. Minan y minan incansablemente hasta que finalmente dañan todo lo bueno de manera irremediablemente.

Lamentablemente, el último objetivo de las fechorías infructuosas de la carcoma partidista ha sido DISUR.

Desarrollo Integral del Sur, Inc. (DISUR), es una corporación sin fines de lucro organizada bajo las leyes de Puerto Rico desde el 6 de junio de 2006. Su función estratégica es promover y maximizar la competitividad y el desarrollo sustentable de la Región Sur, integrando los esfuerzos y recursos del sector Público, Privado, Académico y los ciudadanos residentes del área para lograr una mejor calidad de vida.
Esta organización tiene entre sus funciones el integrar los 15 municipios de la Región Sur para que el gobierno central les delegue los poderes de planificación regional, promoción industrial y turismo. Asuntos que están centralizados y que han colapsado, o que lo que aparece de vez en cuando, lo acaparan egoístamente en el norte.

Además, en DISUR los municipios pueden coordinar sus esfuerzos para ganar poder político ante el gobierno central para poder distribuir equitativamente los recursos del presupuesto, que actualmente se quedan en forma desproporcionada en la mancha malformada de cemento que constituye la zona metropolitana de San Juan.

DISUR no es un invento de los sureños. Es un modelo de desarrollo socioeconómico que se ha desarrollado con extremado éxito en Estados Unidos, Europa y América Latina. Personas tan diversas como el pasado Comisionado Residente, José Tito Colorado, el Alcalde de Yauco, Abel Nazario Quiñónes, el pasado Alcalde de Ponce, Francisco Ico Zayas Seijo y José Pepe Méndez, CEO del Sistema Universitario Ana G. Mėndez, han expresado vehementemente que la regionalización es la única estrategia realista y viable para propulsar nuestros productos, servicios y activos turísticos a nivel global, y poder recibir entonces ingresos e inversión extrajera para crear empleos bien remunerados, que nos saquen de la pobreza crónica y colapso económico estructural en que nos encontramos.

¿Quién en su sano juicio puede estar en contra de DISUR o actuar con el propósito de destruirlo o de agujerear su capacidad de desarrollo? Para mí es algo incomprensible, pero lamentablemente el partidismo embrutece y crea barrenillos que no importa el daño que ocasionan, lo que desean es socavar para comer y comer, agujereando todo hasta destruir lo que encuentran a su paso para lograr posiciones o prebendas personales.
Las noticias de esta semana pasada nos confirmaron que en los dos partidos principales de Ponce existen líderes que con tal de adelantar sus objetivos personales y sectarios, son capaces de agredir, carcomer e intentar destruir a DISUR. Una de estas personas afirma que no paga la cuota a la que se comprometió su municipio, y que en este momento es esencial para las operaciones de DISUR, porque tiene un supuesto problema “personal” con este servidor, que ejerce el cargo de Vicepresidente de DISUR.

Para colmo, el líder del partido opuesto, que debiera defender a DISUR con mano y muñeca, decreta por Fiat intrépido, sin corroborar la información, que DISUR está desarticulado, con el único propósito de adelantar sus ambiciones personales y atacar a su adversaria política de la poltrona municipal.

Así es que con propósitos personalistas, vacuos y desenfocados, dos líderes que debieran entender la función e importancia de DISUR, dragan, quebrantan y atacan a DISUR, afectando entonces el bienestar de toda la Región Sur que cuenta con una población de más de 600 mil habitantes y con los niveles de pobreza y desempleo más altos de Puerto Rico.

Todo político que con el fin de adelantar sus intereses personales, sectarios o partidistas conspire, ataque, incumpla con sus obligaciones de ley o contractuales, y socave los proyectos esenciales de desarrollo socioeconómico de la Región Sur, representa la peor especie de egoísta e intolerante que no merece el favor de ningún votante en Ponce.

Afortunadamente, la muestras de apoyo manifestadas a DISUR, su fortaleza institucional y la de las personas que lo dirigen día a día, me convencen que la organización se encuentra firme como Ausubo, aún dentro de su precariedad económica real, y que esa vil polilla, no lo va a perforar.

Los ejecutivos municipales que entienden lo que es DISUR y por esto están comprometidos con sus objetivos, que son la mayoría, pero que por diversas razones no se han puesto al día en sus cuotas, tienen ahora el momento estratégico, esencial y de compromiso legal y moral, para hacer con urgencia su pago. Con esto podrán distinguirse de las pequeñeces insulsas de otros que afligen nuestras aspiraciones como Región.

Mi más sincero reconocimiento a la Ing. Viviam Puig, Crystal Bell, David C. Backhouse Southgate, José M. Moreno Tirado, Dorisell Torres Cruz y Evelyn Rodríguez Gómez, quienes sin importar las grandes dificultades que han enfrentado, creen en el proyecto y siguen dando el todo por el todo por el desarrollo socioeconómico de nuestra Región Sur. Son estas personas de calidad extraordinaria las que me confirman que la carcoma puede derrotarse y extinguirse permanentemente.

Ya lo dijo este sábado el Sr. Presidente de DISUR, Honorable Abel Nazario Quiñones, y yo lo repito con igual fuerza y convicción, no nos vamos a quitar. El que no quiera cumplir y colaborar, quedará plasmado en la historia como enemigo irredimible del Sur de Puerto Rico.


Por Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
Rolando@bufete-Emmanuelli.com
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domingo, 28 de noviembre de 2010

Fortuño y la Reforma Contributiva

En el Estado ideal los ciudadanos no tendríamos que pagar contribuciones sobre los ingresos netos individuales o corporativos. El Estado tendría fuentes de financiamiento o ingresos que harían innecesario incomodar a los ciudadanos con tributos productos de sus sudor y esfuerzo individual y colectivo, que en el caso de Puerto Rico, actualmente son evidentemente confiscatorios.

Estas fuentes de financiamiento o ingresos podrían ser empresas estatales eficientes y productivas o impuestos razonables a las cadenas de valor, importación o exportaciones o en los procesos que tienen costo ambiental, social o económico que requieren reparación.

En el caso de empresas estatales eficientes y productivas esto no debiera ser problema por la capacidad del gobierno de fundar monopolios sobre productos o servicios esenciales que les permita generar ganancias y distribuirlas equitativamente en el conjunto social. El problema es que el control del partidismo las hace vulnerables al saqueo de sus recursos y por eso tenemos una AAA y AEE, que a pesar de ser empresas monopolísticas, tienen pérdidas económicas, porque son botines de guerra de los partidos que se turnan en el poder.

En los casos de las empresas que tienen un costo ambiental, social o económico, podríamos tomar como ejemplo un impuesto a las empresas que emiten dióxido de carbono o cualquier otro contaminante, no para conferirles impunidad, sino para estimularlas a buscar maneras eficientes y limpias de producir los bienes y servicios. Bajo este sistema, la Autoridad de Energía Eléctrica tendría dos opciones, o se mueve a la energía verdaderamente verde y renovable, o paga cuantiosos impuestos por el daño ambiental que nos ocasiona todos los días de año.

En el caso de las cadenas de valor, se pueden imponer impuestos a las etapas de producción, mercadeo y distribución de bienes y servicios no esenciales de manera que no afecten a los más pobres en la satisfacción de sus necesidades básicas y que se conviertan en meros costos de producción. Estos impuestos no pueden tener naturaleza regresiva o que afecten a los ciudadanos en desproporción a su condición económica. De modo que no representen una carga irrazonable a las personas de menos recursos económicos.

Estas maneras de financiar el Estado deben propiciar la innovación, el trabajo, el ahorro, la transparencia y la productividad para lograr ganancias individuales y corporativas disminuyendo la evasión contributiva que ocurre con el disimulo u ocultación de las ganancias.

Un Estado con la capacidad de funcionar sin imponer tributos sobre los ingresos netos individuales o colectivos tiene que contar con unas reglas de disciplina fiscal muy estrictas y con mecanismos de responsabilidad y control que permitan a los ciudadanos revocar los mandatos de los funcionarios que las violen.

Por supuesto que estamos hablando del Estado ideal. Puerto Rico dista mucho de contar con estas características.

En Puerto Rico tenemos impuestos en todas las etapas de la producción, cadena de valor, importaciones y exportaciones, la propiedad, los ingresos y las ventas de consumo. Encima de esto, el Estado y sus empresas monopolísticas derrochan el dinero y no existen maneras de control ciudadanos para impedir la impunidad en la irresponsabilidad fiscal ni la revocación del mandato de funcionarios delincuentes en asuntos fiscales.

Para colmo de males, tenemos una crisis fiscal sin precedentes producto de la irresponsabilidad partidista y del colapso del modelo económico que sostenía la estructura de producción del país. Esto con el agravante de que el gobierno carece de imaginación para estructurar un nuevo modelo económico sostenible por incompetencia crasa y porque entiende que le puede perjudicar en sus intenciones de obtener la Estadidad Federada que se amparan en aumentar la dependencia, pobreza y marginación de la mayoría del Pueblo, para que se aferre al anexionismo como mecanismo de subsistencia y seguridad económica.

Esto es lo que le produce los votos al PNP para que luego puedan disponer impunemente y esquilmar el presupuesto para beneficios exclusivo de los Señores del partido.

El gobernador Fortuño, que tiene la desfachatez de querer volver a ser reelecto gobernador en el 2012, está asediado por dos años de desatinos y gobierno para los poderosos, despidos, nuevos impuestos confiscatorios, ingresos fiscales en curva descendente perpetua, destrucción de los servicios estatales para las personas más vulnerables, menoscabo malintencionado de las protecciones del ambiente y los derechos de las comunidades, abuso policiaco y represión de libertades, criminalidad y deterioro de la salud mental sin precedentes, caída en espiral de la condición económica de los ciudadanos y las empresas, abandono de los proyectos de estratégicos de desarrollo y por dar palos a ciegas para tratar de revitalizar la economía.

Es por eso que el gobernador ahora se inventa la llamada reforma contributiva que de ninguna manera atiende los fundamentos que hemos expresado previamente que deben existir para que sea equitativa y que fomente el desarrollo económico.

La reforma de Fortuño se funda en propósitos políticos partidistas. Sólo pretende aliviar temporeramente el bolsillo de las personas de ingresos limitados, lo que es loable, pero no con el propósito de aumentar disminuir la dependencia y sustentar las funciones del Estado para lograr desarrollo. No, su único propósito es que estas personas se olviden de lo que ha pasado en estos dos años y voten por Fortuño en el año 2012.

La reforma de Fortuño es temporera porque por admisión de su Rasputín, Marcos Rodríguez Pujada, no existen mecanismos para financiarla luego del 2012. Es decir, que los alivios contributivos presentes no tienen probabilidades de continuidad. Por eso constituyen otro engaño monumental de Fortuño. Es un coje bobos para cazar votos para su posible reelección.

La reforma contributiva no puede fundarse en propósitos meramente electorales.

Una reforma contributiva integral tiene que atender y balancear muchos asuntos como financiar apropiadamente el gobierno, desalentar el consumismo; reducir la economía subterránea; reducir sustancialmente la tasa de contribución sobre ingreso; promover el ahorro en la clase empresarial y de las personas asalariadas; y, que este ahorro pueda invertirse en el desarrollo económico y social de Puerto Rico.

Dentro de la crisis económica actual, una reforma contributiva debe estar dirigida primordialmente a atender el problema económico no a la pesca de votos.

Los proyectos sometidos por Fortuño deben denunciarse y rechazarse si no pueden enmendarse para que apoyen nuestro desarrollo económico y social.

Por: Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
Rolando@bufete-Emmanuelli.com
Http://www.bufete-Emmanuelli.com

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Las Elecciones y la Reforma Contributiva

En el Estado ideal los ciudadanos no tendríamos que pagar contribuciones sobre los ingresos netos individuales o corporativos. El Estado tendría fuentes de financiamiento o ingresos que harían innecesario incomodar a los ciudadanos con tributos productos de sus sudor y esfuerzo individual y colectivo, que en el caso de Puerto Rico, actualmente son evidentemente confiscatorios.

Estas fuentes de financiamiento o ingresos podrían ser empresas estatales eficientes y productivas o impuestos razonables a las cadenas de valor, importación o exportaciones o en los procesos que tienen costo ambiental, social o económico que requieren reparación.

En el caso de empresas estatales eficientes y productivas esto no debiera ser problema por la capacidad del gobierno de fundar monopolios sobre productos o servicios esenciales que les permita generar ganancias y distribuirlas equitativamente en el conjunto social. El problema es que el control del partidismo las hace vulnerables al saqueo de sus recursos y por eso tenemos una AAA y AEE, que a pesar de ser empresas monopolísticas, tienen pérdidas económicas, porque son botines de guerra de los partidos que se turnan en el poder.

En los casos de las empresas que tienen un costo ambiental, social o económico, podríamos tomar como ejemplo un impuesto a las empresas que emiten dióxido de carbono o cualquier otro contaminante, no para conferirles impunidad, sino para estimularlas a buscar maneras eficientes y limpias de producir los bienes y servicios. Bajo este sistema, la Autoridad de Energía Eléctrica tendría dos opciones, o se mueve a la energía verdaderamente verde y renovable, o paga cuantiosos impuestos por el daño ambiental que nos ocasiona todos los días de año.

En el caso de las cadenas de valor, se pueden imponer impuestos a las etapas de producción, mercadeo y distribución de bienes y servicios no esenciales de manera que no afecten a los más pobres en la satisfacción de sus necesidades básicas y que se conviertan en meros costos de producción. Estos impuestos no pueden tener naturaleza regresiva o que afecten a los ciudadanos en desproporción a su condición económica. De modo que no representen una carga irrazonable a las personas de menos recursos económicos.

Estas maneras de financiar el Estado deben propiciar la innovación, el trabajo, el ahorro, la transparencia y la productividad para lograr ganancias individuales y corporativas disminuyendo la evasión contributiva que ocurre con el disimulo u ocultación de las ganancias.

Un Estado con la capacidad de funcionar sin imponer tributos sobre los ingresos netos individuales o colectivos tiene que contar con unas reglas de disciplina fiscal muy estrictas y con mecanismos de responsabilidad y control que permitan a los ciudadanos revocar los mandatos de los funcionarios que las violen.

Por supuesto que estamos hablando del Estado ideal. Puerto Rico dista mucho de contar con estas características.

En Puerto Rico tenemos impuestos en todas las etapas de la producción, cadena de valor, importaciones y exportaciones, la propiedad, los ingresos y las ventas de consumo. Encima de esto, el Estado y sus empresas monopolísticas derrochan el dinero y no existen maneras de control ciudadanos para impedir la impunidad en la irresponsabilidad fiscal ni la revocación del mandato de funcionarios delincuentes en asuntos fiscales.

Para colmo de males, tenemos una crisis fiscal sin precedentes producto de la irresponsabilidad partidista y del colapso del modelo económico que sostenía la estructura de producción del país. Esto con el agravante de que el gobierno carece de imaginación para estructurar un nuevo modelo económico sostenible por incompetencia crasa y porque entiende que le puede perjudicar en sus intenciones de obtener la Estadidad Federada que se amparan en aumentar la dependencia, pobreza y marginación de la mayoría del Pueblo, para que se aferre al anexionismo como mecanismo de subsistencia y seguridad económica.

Esto es lo que le produce los votos al PNP para que luego puedan disponer impunemente y esquilmar el presupuesto para beneficios exclusivo de los Señores del partido.

El gobernador Fortuño, que tiene la desfachatez de querer volver a ser reelecto gobernador en el 2012, está asediado por dos años de desatinos y gobierno para los poderosos, despidos, nuevos impuestos confiscatorios, ingresos fiscales en curva descendente perpetua, destrucción de los servicios estatales para las personas más vulnerables, menoscabo malintencionado de las protecciones del ambiente y los derechos de las comunidades, abuso policiaco y represión de libertades, criminalidad y deterioro de la salud mental sin precedentes, caída en espiral de la condición económica de los ciudadanos y las empresas, abandono de los proyectos de estratégicos de desarrollo y por dar palos a ciegas para tratar de revitalizar la economía.

Es por eso que el gobernador ahora se inventa la llamada reforma contributiva que de ninguna manera atiende los fundamentos que hemos expresado previamente que deben existir para que sea equitativa y que fomente el desarrollo económico.

La reforma de Fortuño se funda en propósitos políticos partidistas. Sólo pretende aliviar temporeramente el bolsillo de las personas de ingresos limitados, lo que es loable, pero no con el propósito de aumentar disminuir la dependencia y sustentar las funciones del Estado para lograr desarrollo. No, su único propósito es que estas personas se olviden de lo que ha pasado en estos dos años y voten por Fortuño en el año 2012.

La reforma de Fortuño es temporera porque por admisión de su Rasputín, Marcos Rodríguez Pujada, no existen mecanismos para financiarla luego del 2012. Es decir, que los alivios contributivos presentes no tienen probabilidades de continuidad. Por eso constituyen otro engaño monumental de Fortuño. Es un coje bobos para cazar votos para su posible reelección.

La reforma contributiva no puede fundarse en propósitos meramente electorales.

Una reforma contributiva integral tiene que atender y balancear muchos asuntos como financiar apropiadamente el gobierno, desalentar el consumismo; reducir la economía subterránea; reducir sustancialmente la tasa de contribución sobre ingreso; promover el ahorro en la clase empresarial y de las personas asalariadas; y, que este ahorro pueda invertirse en el desarrollo económico y social de Puerto Rico.

Dentro de la crisis económica actual, una reforma contributiva debe estar dirigida primordialmente a atender el problema económico no a la pesca de votos.

Los proyectos sometidos por Fortuño deben denunciarse y rechazarse si no pueden enmendarse para que apoyen nuestro desarrollo económico y social.

Por: Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
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sábado, 4 de septiembre de 2010

AÑO 2010: SEGUNDO AÑO PERDIDO PARA EL PUERTO DE LAS AMÉRICAS

El gobernador Fortuño admitió al semanario La Perla del Sur que las actividades del Puerto de Las Américas no van a comenzar durante este año.  Esto significa que a pesar de las promesas de la Autoridad del Puerto de las Américas (APA), no va a completarse el acuerdo de operación que es indispensable para el comienzo de los negocios portuarios. 

Pero las expresiones de Fortuño de abandono del proyecto fueron mucho más contundentes, pues reiteró que el gobierno central no aportará un centavo adicional al PLA. Además, expresó fríamente que no va a intervenir en la disputa entre el Banco Gubernamental de Fomento y la APA en torno al desembolso de los 40 millones de dólares restantes de la línea de crédito de 250 millones que se aprobó por ley para terminar las fases 1, 2, 3ª del Puerto.

Lo que esto significa es que a pesar de que el dinero fue aprobado por la Legislatura, el Banco conservará el poder de determinar si le desembolsa el dinero restante a la APA. Los 40 millones de la línea de crédito se necesitan para pagar al contratista que está terminando la zona de valor añadido del Puerto. Si ese dinero no se desembolsa, el PLA no contará con la finca principal para desarrollar actividades de negocios relacionados al Puerto.

El balance neto de las actuaciones de estos funcionarios y entidades gubernamentales es que tenemos un gran puerto que no comenzará a funcionar por no tener operador, por faltarle terrenos desarrollados para actividades de valor añadido, y peor aún, por faltar voluntad e interés en echarlo hacia delante.

Esto implica la materialización de los peores augurios. El 2010 también va a ser un año perdido para el Puerto de Las Amerícas.

A pesar del clamor en contra, el pasado 30 de junio de 2010, la alcaldesa de Ponce renovó el memorando de entendimiento entre el Municipio de Ponce y la Autoridad del Puerto de Las Américas, que permite el traspaso del Puerto una vez se cierre el contrato con el operador, pero condicionado a que se terminara todo el proceso de negociación en el término de 90 días.  La alcaldesa se comprometió a retener el control del Puerto en caso de que la APA no cierre el acuerdo con el operador en el dicho término. El término de 90 días vence el 30 de septiembre de 2010. 

La admisión que ha hecho el gobernador Fortuño de que el Puerto no empezará a funcionar durante este año, no le deja otra alternativa a la alcaldesa de Ponce que dejar expirar el memorando de entendimiento y asumir el control del Puerto de Las Américas Rafael Cordero Santiago.

Sin embargo, el que la alcaldesa cumpla con su promesa de asumir la responsabilidad sobre el Puerto de las Américas, no es una tarea fácil.  Para que esta gestión tenga éxito, la alcaldesa de Ponce tiene que recabar el apoyo de DISUR, donde se agrupa el sector público, el académico, el empresarial, junto a las comunidades, y se consolida la planificación y voluntad de desarrollo económico de nuestra Región Sur.

El apoyo y la intervención de DISUR en los planes de desarrollo del Puerto de Las Américas le ofrece a la gestión de la alcaldesa la legitimidad de estar contando con todos los sectores fundamentales de nuestra Región Sur y con el talento del sector universitario, que ya lleva varios años listo para proveer educación y estrategia para el desarrollo portuario. 

La alcaldesa no puede confiar más en lo que le dice José Pérez Riera, presidente de la Junta de Directores del PLA, ni lo que dice Fortuño sobre el Puerto.  El fracaso está probado.  Es el momento de explorar nuevas alternativas. 

La alcaldesa tiene entonces la última palabra y tiene en sus manos el futuro del desarrollo del Puerto de Las Américas.  Si la alcaldesa se plega al partidismo y vuelve a renovar el memorando de entendimiento, el Puerto de Las Américas pasará a la historia como un gran fracaso que costó al pueblo de Puerto Rico 250 millones de dólares.


El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli en Ponce, Presidente de la Alianza Pro Sur, Vicepresidente de DISUR, Inc., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11:00 de la mañana por WPAB 550. Para mayor información vea www.debidoproceso.com.

martes, 10 de agosto de 2010

El Partidismo y la Mentira

En la columna pasada discutimos la dañina consecuencia del partidismo que ocasiona que aunque el partido o su jerarquía asuman una posición ilegal, antiética o inmoral, sus otros líderes están obligados a no oponerse a la línea torcida del partido y se mantienen bajo silencio comprado, por temor o complicidad, en abierto contubernio con la cofradía sectaria.

Pero el silencio no es la única forma de deshonestidad partidista. También se recurre a la mentira cruda y abierta.

Existen muchas instancias en las cuales los políticos y los partidos recurren a la farsa y el engaño. Entre las situaciones principales que se prestan a la mendacidad están los procesos de candidaturas y primarias, el programa de partido, las promesas de campaña, el problema colonial y su solución, y la defensa de las actuaciones del gobierno. Todas las mentiras tienen dos propósitos fundamentales: Alcanzar el poder político o mantenerlo a toda costa.

La primera oportunidad para mentir es el proceso de candidaturas. Las mentiras emblemáticas son: “este no es momento de candidaturas”, “no descarto nada”, “aspiraré al puesto que el pueblo me pida”, “estoy respondiendo al reclamo del pueblo”, “aceptaré el dictamen del pueblo”. Deben estar seguros que cuando un político hace estas aseveraciones, está haciendo o pensando todo lo contrario. Sin embargo, estas mentiras se repiten y se repiten sin pudor o cuestionamiento, para dar la falsa impresión de objetividad, desinterés personal o frialdad. ¿Por qué no son honestos y dicen lo que realmente están pensando?

El segundo catálogo de mentiras es el programa del partido. En los programas de los partidos existen tres tipos de mentiras principales. Las que se refieren a la identificación de las causas de los problemas, las que se refieren a la identificación de las supuestas soluciones y su efectividad, y las que se refieren a las obras que van a realizar en beneficio del Pueblo. Por ejemplo: “La causa de la criminalidad es el narcotráfico”, “la criminalidad se resuelve con cero tolerancia y mano dura” y “mi gobierno está comprometido y cumplirá con Ponce en Marcha y el Puerto de las Américas”. Los políticos utilizan las emociones y pasiones de un pueblo desprovisto para presentar soluciones o planteamientos atractivos a las masas, pero que no tienen fundamentos científicos o realidades que las apoyen, o sobre los cuales no tienen la voluntad real de impulsar o acometer.

La tercera instancia de mentiras es la campaña electoral: “No te voy a meter la mano en el bolsillo”, “al único que voy a despedir es a Aníbal Acevedo Vilá”, “bajaré el costo del agua y la luz”, “trabajaré para mejorar la economía y aumentar las oportunidades de empleo”. Mentiras crueles para jugar con las carencias y aspiraciones de la gente para meramente lograr su voto.

La cuarta oportunidad para mentir es el problema colonial y su solución: “El ELA no es una colonia”, “la soberanía del Pueblo”, “lo que hace falta es un plebiscito”, “la estadidad jíbara” y “la estadidad es para los pobres”. Estas mentiras tienen el propósito de tratar de adelantar supuestas posiciones de solución del problema colonial, pero sin afectar las probabilidades de éxito electoral.

La quinta coyuntura para mentir es la defensa de las actuaciones del gobierno. Estos dos últimos años han sido excepcionales en las mentiras apologéticas: “No había otra alternativa que despedir empleados”, “Ponce en Marcha va a las millas”, “ya vienen los buques post-panamax”, “la economía está en franca recuperación”. Estas falsedades se dicen cuando el Pueblo va descubriendo y desenmascarando todas las simulaciones que ha hecho el partido y sus líderes en los procesos antes mencionados. Para salvar su pellejo ante el próximo evento electoral, los partidos y sus líderes tratan de crear explicaciones o realidades virtuales que conecten lo que prometieron, representaron o alegaron, con lo que finalmente hicieron y la realidad que sufre el Pueblo.

Por fortuna, las mentiras van erosionando la confianza pública y finalmente ocasionan la caída de los partidos del poder político, pero no sin antes ocasionar daños irreparables al país, alejándolo de alcanzar las verdaderas soluciones a sus problemas.

El problema es que como sufrimos una partidocracia, la caída de un partido sólo ocasiona la llegada de otro partido, por lo que se perpetúa el problema.

La reforma de nuestro sistema político y social tiene que tomar en cuenta la manera de erradicar los incentivos a la mentira. La única manera para lidiar con este problema es mediante la implantación de la democracia participativa y la erradicación del partidismo.

Sin estas dos medidas estaremos condenados al eterno retorno o circulo vicioso del engaño, descubrimiento de la verdad, y sustitución de un político por otro, para que sin demora, nos vuelva a traicionar.


El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli en Ponce, Presidente de la Alianza Pro Sur, Vicepresidente de DISUR, Inc., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11:00 de la mañana por WPAB 550. Para mayor información vea www.debidoproceso.com.

martes, 3 de agosto de 2010

EL PARTIDISMO Y EL SILENCIO


Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.    
rolando@bufete-emmanuelli.com

Los acontecimientos que se suscitaron en el Senado donde se prohibió a la prensa y al público el acceso a las gradas del Hemiciclo, además de un quebrantamiento a una disposición expresa de la Constitución de Puerto Rico, constituyen sendas violaciones a la libertad de prensa y de expresión. Esto ha desenmascarado una de las consecuencias más dañinas del partidismo:  El Silencio.

El partidismo corroe nuestra fibra social y democrática.  Los representantes del pueblo suplican el voto de los electores y luego le abandonan a su suerte e incurren en las actuaciones más inauditas, que lamentablemente, en la mayoría de los casos, resultan impunes.  El libertinaje de los líderes partidistas se oculta bajo el silencio comprado, por temor o por complicidad con la cofradía partidista. Es indispensable romperle el espinazo al partidismo para salvar la democracia.

No cabe duda de que lo que ocurrió en el Senado es ilegal e inconstitucional.  No cabe duda de que el pueblo tenía derecho a reclamar el acceso al Senado y a convocarse frente al Capitolio para protestar.  No cabe duda de que cuando alguna persona viola la Ley, lo que corresponde es arrestarlo y procesarlo criminalmente, jamás golpearlo a mansalva.  No cabe duda de que a unas personas que están ejerciendo el derecho a la libre expresión, no se les puede golpear, macanear ni rocear con gases irritantes sin justificación.

Sin embargo, salvo honrosas excepciones, los líderes del Partido Nuevo Progresista, representantes electos por el pueblo, han hecho mutis ante estas barbaridades siguiendo la disciplina del partido. 

El hacer silencio en estas circunstancias implica una de dos cosas:  o que están totalmente de acuerdo con lo que ocurrió; o que tienen miedo a disentir por perder privilegios o caer en desgracias.  En toda circunstancia, estos líderes políticos perversos o de rodillas temblorosas, merecen la más severa censura y el castigo electoral por su carencia de honestidad, valentía, criterio y pensamiento independiente.

El presidente del Senado no ha demostrado arrepentimiento ni propósito de enmienda por sus actuaciones.  El gobernador y su jefe, Figueroa Sancha, tampoco han demostrado remordimiento y han defendido a brazo partido sus actuaciones abusadoras. Estas expresiones han dictado que los otros líderes del partido, como corderitos, hayan respaldado lo indefendible.

El pueblo repudió todas estas actuaciones en una impresionante marcha que sacudió la conciencia de todas las personas que asistimos, por la masividad, la militancia y creatividad de los participantes.

Los partidos políticos se convierten en monstruos que coartan la libertad y el pensamiento crítico de las personas que los componen.  El presidente del Senado tiene un presupuesto que reparte a su discreción.  Por tanto, nadie se atreve a hacerle frente, particularmente porque no tiene pudor, ni restricción al utilizar el verbo de la manera más cruel, vulgar y abusadora. Los senadores no quieren perder sus presupuestos, por lo que temen, y no se atreven a criticar las actuaciones claramente ilegales de su presidente, porque los insulta.

La presión para el silencio es mayor cuando se considera que los partidos en Puerto Rico viven el Centralismo Democrático, que curiosamente es una doctrina de los partidos comunistas. 

Centralismo Democrático significa que una vez el partido toma una determinación mediante los mecanismos internos o mediante la arbitrariedad del líder, el partido y todos sus miembros tiene que mantener una misma postura, so pena de sanciones u ostracismo. 

Por ende, aunque el partido tenga una posición ilegal, antiética o inmoral, sus líderes están obligados a seguir la línea del partido.  La obligatoriedad de continuar el trazo del partido se impone mediante la censura, marginación, la privación de los contratos o presupuesto, y finalmente, la expulsión del partido.

Por estas razones, el partidismo daña la fibra moral de la sociedad, porque obliga a todos los líderes partidistas a la deshonestidad, a rendir posturas éticas válidas o hacer silencio dando su consentimiento y complicidad a actuaciones ilegales o inmorales.

Sólo en dos ocasiones se rompe con este silencio partidista.  Cuando el líder máximo del partido o los líderes de la cúpula se desgastan y pierden legitimidad, o cuando se aproximan las primarias.  Bajo estas circunstancias, es legítimo ser crítico y asumir posturas honestas y veraces, porque es un asunto de supervivencia para el político. En estos momentos no se ejerce el pensamiento crítico por honestidad, sino por conveniencia.

Los líderes que deseen ganar el favor de este pueblo tienen que tirar la raya todos los días, ser honestos y asumir su responsabilidad con el pensamiento crítico y su lealtad al pueblo, cuando el partido le traicione.


El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli en Ponce, Presidente de la Alianza Pro Sur, Vicepresidente de DISUR, Inc., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11:00 de la mañana por WPAB 550. Para mayor información vea www.debidoproceso.com.

Orientación Jurídica del Bufete Emmanuelli, C.S.P.

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